En un día caluroso de verano en el sur de la Florida un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz. No se daba cuenta de que un cocodrilo se le acercaba.
Su mamá desde la casa miraba por la ventana, y vió con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndole, el niño se alarmó y viró nadando hacia su mamá.Pero fue demasiado tarde.
Pregunta: "¿Cuál es la importancia del bautismo cristiano?"
El bautismo cristiano de acuerdo con la Biblia, es un testimonio externo de lo que ha ocurrido internamente en la vida de un creyente. Este ilustra la identificación de un creyente con la muerte de Cristo, Su entierro y Su resurrección.
La Biblia declara, "¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en Su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en Su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva" (Romanos 6:3-4 NVI). En el bautismo cristiano, la acción de ser sumergido en el agua, representa ser sepultado con Cristo. La acción de salir del agua representa la resurrección de Cristo.
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz"
Uno de los argumentos que más utilizan los ateos para justificar su no creencia en Dios es el ya clásico por qué permite Dios por qué calla Dios. Los creyentes respondemos que Dios no es el culpable de nuestras desgracias, sino es el mismo hombre quien escoge libremente apartarse de Dios, cosechando las consecuencias.
Sin embargo, he observado que aun en los creyentes existe a veces una especie de espina clavada en el corazón. No que queramos llamar a Dios a juicio ni pedirle explicaciones pero, de alguna manera, desearíamos ver mas de lo que vemos. Quisiéramos oír a Dios de una forma más clara, entender todo lo que no entendemos y explicar lo que no sabemos. Claro que aceptamos con reverencia, y a veces con resignación, lo que el Señor dispone para nosotros y entendemos que sabe mejor lo que nos conviene, pero oramos con todo nuestro corazón y nos gustaría alcanzar mas de lo que solemos conseguir. ¿Qué creyente no desearía mas respuestas a sus oraciones? Eso es bueno y legitimo.
Señor Dios, eres mi esperanza, seguridad desde mi juventud. Salmo 71:5.
Una señora alemana cuenta algo de su vida: "Para mí lo decisivo fue haber sido criada por padres que tenían una firme fe en Jesucristo. Esto me resultó evidente cuando a los nueve años de edad una muy dolorosa enfermedad de la vista amenazó con dejarme ciega. En esa época me percaté de las oraciones de mis padres en mi favor. Desde que me fue devuelta la vista por completo, -contrariamente al pronóstico de los médicos- esa experiencia queda grabada en mi memoria.