La fe sin obras está muerta
Un hombre regresó a su casa y encontró a su madre conversando con un vagabundo en la cocina mientras éste comía unos bocadillos que la señora le había preparado. En su camino al mercado, ella se lo había encontrado y le había hallado no sólo en gran necesidad de ayuda física sino también espiritual. El hombre llegó a escuchar algo de la conversación de su madre con el vagabundo. "...Desearía encontrar a mucha gente como usted en el mundo..." decía el vagabundo. "...Los hay. Sólo tiene que buscarlos..." contestó la señora.
"...Pero señora... -contestó él - ...yo no la busqué a usted, ¡usted me buscó a mi!
¿No es ese el llamamiento de Dios y la lección de la parábola de la oveja perdida de Lucas 15:3-7?
¿Estaremos esperando a que las personas vengan a nosotros solicitando nuestra ayuda, para que derramemos el amor de Dios sobre ellos?... Hablando de amor y en cuanto vemos a un necesitado le damos la vuelta o hacemos que no lo vemos... Nuestro Señor apartó unos a la derecha y otros a la izquierda... la razón... muy sencilla... tuvieron hambre y no les diste de comer...tuvieron sed y no les diste de beber... tuvieron frío y no los cobijaste... estuvieron en la cárcel y no los visitaste, Dime ¿de qué lado quieres estar?
La salvación no es por obras pero una fe sin obras es una fe muerta.