Carta de un amigo: Jesús

¡Hola! Seguro que no esperabas recibir una carta mía, pero veía que tenías tantas preguntas dentro tuyo, y no quería que quede olvidado todo lo que tengo para vos.

¿Estás triste? ¿Sentís que no obtenés lo que querés? ¿Necesitas un amigo que no falle?

Recordame, teneme en cuenta en cada pensamiento que tenés. ¿Te acordás de esa vez que estuve en la cruz? ¡Lo estaba haciendo por vos! Porque te amo tanto que no podía ver el pecado que nos separaba. Si confiaste y me pediste que limpie tu corazón, no dudes que nunca nada nos podrá separar.

Ya no tengas más temor. Soy Dios y voy a darte la fortaleza que necesitas para que vivas para mí.

Soy tu amigo, no olvides de contarme tus cosas, te ayudará a tener un corazón valiente y confiado. Y tampoco olvides que te necesito cada día. A veces te esperé y no viniste, y otros, en los que a pesar de tu presencia estuviste ausente. Si, esto me pone triste pero no puedo dejar de amarte por eso.

Si realmente me amas prométeme que harás todo lo que te pida. Las tareas que te doy no serán demasiado grandes, ni demasiados duras que no las puedas sobrellevar.

Para seguir mis pasos no olvides leer lo que digo en mi libro, que te lo di para que puedas guiar cada paso por el camino correcto.

¡No dudes de mí! Y no dudes que sos de mucho valor para mí.

Si alguna vez estás dolorido y crees que nadie puede entenderte, acuérdate de mí. Yo puedo ver tu interior y me puedo identificar con vos. Porque pasé por problemas similares, pero después de la muerte vencí, para darte vida también a vos.

También quiero que mires a tu alrededor y veas todas las personas que puse a tu lado. No olvides de servirlos y amarlos, no importa que no las conozcas o que te parezca que no pueden llegar a necesitar nada tuyo. Hacelo en mi nombre y podrás encontrar grandes tesoros en esas personas.

Amigo mío, muchas veces te he visto resbalar y caer, no me lo encubras, decímelo abiertamente, prometo perdonarte y volverte a limpiar.

No importa lo que hayas hecho, yo me voy a olvidar de todo.

Ahora dime: ¿Qué querés que haga por vos? ¿Necesitás confianza en vos mismo? ¿Necesitas perdonar a alguien que te hirió mucho? ¿Necesitas restaurar tu pasado? ¿Amigos? ¿Necesitas a tu familia? ¿Necesitás cambiar o dejar de hacer algo que te parece insuperable?

Yo puedo darte lo que necesites, si veo que eso es lo mejor para vos.

Hijo mío, por encima de todo, ámame. Con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y descubrirás la vida maravillosa que hayas tenido.

Te amo. Jesús.

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