Dios te llama Santo

"A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo." 1 Corintios 1:2

De vez en cuando, fíjate con qué frecuencia la Biblia identifica a los cristianos con "santos". La palabra "santo", literalmente, quiere decir "persona consagrada". Los escritores del Nuevo Testamento usaron la palabra "santo" para describir a los creyentes comunes y corrientes como nosotros.

¡Cómo tú!

Algunas personas tienen la idea que podemos ostentar el encumbrado título de santo viviendo de buena manera o alcanzando un cierto grado de madurez. Pero Pablo no dice que somos santos como consecuencia del duro esfuerzo. él claramente afirma que somos "llamados a ser santos". Somos santos porque Dios nos llama santos y porque estamos vivos en Cristo.

Muchos cristianos dicen ser "pecadores salvos por gracia". ¿Pero, realmente, somos pecadores? No. Eso éramos antes de aceptar a Cristo. Dios no nos llama pecadores; Él nos llama santos, consagrados, hijos de Dios espiritualmente vivos. Si tú crees que eres pecador, ¿sabes qué harás? Probablemente vivirás como un pecador; pecarás. Puede que digas: "pero de vez en cuando, peco ¿eso no me convierte en pecador?" No, porque lo que haces no determina quien eres; lo que eres determina lo que haces. Es lo que Cristo hizo por ti lo que te hace santo, no lo que puedes hacer por ti mismo.

Un integrante del equipo de acróbatas más famoso del mundo, los grandiosos Wallendas, eran conocido por sus increíbles hazañas de valentía y arrojo sobre la cuerda floja. Pero un día, haciendo su entrenamiento de rutina, Willy Wallenda cayó, y murió trágicamente. A medida que se fue conociendo su historia, la gente comenzó a mencionar que él había predicho su caída. él tenía el presentimiento que se iba a caer.

Recuerda que lo que pensamos determina cómo nos comportamos (Proverbios 23:7). Wallenda creía que se iba a caer ¿y qué pasó? Se cayó. Lo que creemos afecta como vivimos. Satanás no puede hacer nada para dañar nuestra posición e identidad en Cristo. Pero, sí puede engañarnos para que creamos sus mentiras que somos pecadores y Dios no nos acepta entonces, viviremos como si no tuviésemos ninguna posición o identidad en Cristo. No creas lo que el diablo o el mundo dicen de ti. Cree lo que Jesús dice respecto a ti. él es quien está diciendo la verdad. ¡él te conoce a fondo!

Somos santos por gracia de Dios, santificados porque estamos en Cristo Jesús. Todo hijo de Dios es un santo porque está en Cristo. Tenemos una tremenda herencia en Cristo. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo" (Efesios 1:3-4; énfasis agregado).

En el libro de Efesios hay 40 referencias a que estás en Cristo y que Cristo mora en ti. Y cada vez que la Biblia habla de Cristo en ti, puedes encontrar 10 versículos que hablan de que tú estás en él. Sigue leyendo Efesios 1 y fíjate cuántas veces encuentras esta verdad. En el versículo 7 encuentras: "en él tenemos redención", en el versículo 11: "en él fuimos escogidos". En el versículo 12 dice que tu esperanza descansa en Cristo. El versículo 13 dice que has sido incluido en Cristo cuando escuchaste la palabra de verdad.

La increíble obra de redención de Cristo es lo que te hace santo. Nuestra vieja naturaleza es reemplazada por algo que no existía antes en nosotros. Somos declarados nueva creación (2 Corintios 5:17; Gálatas 6:15) Esta nueva vida es la vida de Jesús dentro del creyente (Gálatas 2:20; Colosenses 3:3). Llegas a ser un Espíritu con el Señor (1 Corintios 6:17). En el vivir cotidiano, al cristiano se le insta a revestirse del nuevo hombre" (Efesios 4:24). Por fe, debemos vivir a la luz de nuestra verdadera identidad, de quiénes somos realmente en Cristo Jesús.

Pablo identifica al creyente con Cristo:

En su muerte Romanos 6:3,6; Gálatas 2:20; Colosenses 3:1-3
En su sepultura - Romanos 6:4
En su resurrección - Romanos 6:5,8,11
En su vida - Romanos 5: 10-11
En su poder - Efesios 1: 19-20
En su herencia - Romanos 8:16-17; Efesios 1: 11- 12

Dios te llama santo. La asombrosa verdad debería aplastar las mentiras que el mundo y Satanás quieren que creas. ¿Puedes identificar cualquier mentira o engaño que te pudiera haber sido arrojada por el enemigo? Renuncia a las mentiras en voz alta. No dejes que el enemigo te enceguezca a la verdad de tu asombrosa identidad!

Una persona sugirió: "Sería engreído si creyese que soy santo". La respuesta es: "No, estarías derrotado si no lo creyeses". Tú no eres lo que eres en Cristo como consecuencia por las cosas que has hecho sino debido a lo que él ha hecho. él murió y resucitó para que tú y yo pudiésemos vivir en la libertad de su amor.

La Biblia nos asegura en Gálatas 4:6-7 "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo". En otras palabras, tienes una relación filial con tu Padre celestial. Este debe ser el rol primordial del Espíritu Santo. "El Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios" (Romanos 8:16).

¿Qué verdades acerca de tu identidad puedes arrojarle a Satanás a la cara cuando te acuse y te tiente a creer sus engaños acerca de quién eres?

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