Dios, ayúdame

¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción.  Jeremías 2:28.

¿Alguna vez has notado cómo reacciona la gente a la tragedia? Hasta los que no son religiosos tratan de captar la atención de Dios, a quien han ignorado anteriormente. Los relatos de choques de aviones, inundaciones, tornados o huracanes a menudo cuentan de alguien que clama al Señor pidiendo ayuda.
Sería muy bueno pensar que el Padre celestial se la pasa esperando esos momentos de pánico para poder enviar al rescate todo el equipo de emergencia del cielo. Pero la Biblia indica lo contrario. Por medio de Jeremías, Dios desafió a su pueblo, que se encontraba en problemas, a buscar ayuda en la hora de la muerte en los ídolos a quienes habían adorado. él quería que vieran lo inútil que es confiar en dioses falsos.

Leer Más

Imprimir

Auxilio en la lluvia

Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer afro-americana, de edad avanzada estaba parada en el hombrillo de una autopista de Alabama, tratando de soportar una fuerte tormenta.

Su carro se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevaran. Toda mojada, ella decidió detener el próximo carro. Un joven blanco se detuvo a ayudarla, a pesar de todo los conflictos que habían ocurrido durante los 60.

Leer Más

Imprimir

El movimiento que estaba predestinado al fracaso

Desde el principio el movimiento estaba predestinado a fracasar. Había comenzado con 120 hombres. Decididamente pocos, si se tiene en cuenta que su territorio tenía una población de cuatro millones. Además, la mayoría era analfabeta y pobre. Eran hombres de trabajo, lejos estaban de hacer algo que pudiese marca alguna diferencia.

Algunos, los menos, habían salido de su país; no tenían ninguna experiencia ni ninguna preparación cultural. Su nación estaba bajo opresión. El pueblo estaba debilitado, los gobernantes eran corruptos, la religión había sido absorbida.

Leer Más

Imprimir

Alguien a tu lado

Cuando has llorado en angustia y dolor... Dios ha contado tus lágrimas.

Cuando crees que tu vida se ha detenido y el tiempo solo pasa... Dios espera contigo.

Cuando estás solo y tus amigos están muy ocupados, aún para una llamada telefónica... Dios está a tu lado.

Leer Más

Imprimir

Almorzando con Dios

Un niño pequeño quería conocer a Dios. Sabía que era un largo viaje hasta donde Dios vive, así que empacó su maleta con pastelillos y un paquete de refresco Fanta, y empezó su jornada.

Cuando había caminado como tres cuadras, se encontró con una mujer anciana. Ella estaba sentada en el parque, solamente ahí parada contemplando algunas palomas. El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Estaba a punto de beber de su Fanta, cuando notó que la anciana parecía hambrienta, así que le ofreció un pastelillo. Ella agradecida aceptó el pastelillo y sonrió al niño.

Leer Más

Imprimir

Seguinos

La Puerta Abierta en las Redes Sociales.